
¿Te has preguntado alguna vez cómo afectan las condiciones de trabajo y el entorno en el que editas fotos para imprimirlas a la calidad de esa edición? Si no es así, no dejes de leer este texto.
Te sientas a editar imágenes. Entusiasmado, inspirado, con los conocimientos adecuados y un sentido de las sutilezas. ¿Qué podría salir mal? Mira a tu alrededor. Tienes un monitor perfectamente calibrado, pero está colocado en el lugar equivocado. A la inversa, incluso las mejores condiciones de trabajo sin un monitor correctamente calibrado no garantizarán que tus correcciones de imagen sean correctas. Así que la receta del éxito reside en varios componentes: un monitor calibrado es una cosa, la otra es el lugar, el momento y las condiciones en las que trabajas en la corrección.
Influencia del entorno y las condiciones en la calidad de la corrección cromática
Es un hecho que el entorno y las condiciones de trabajo durante la preparación de los archivos de impresión tienen una gran influencia en la calidad y el resultado final, es decir, en los productos fotográficos. Un lugar de trabajo no optimizado puede dar lugar a errores e imprecisiones. Aquí tienes algunos ejemplos de a qué debes prestar atención y qué factores ambientales concretos influyen en la calidad de la corrección del color de las fotos.
Color de la pared
Colores neutros para las paredes
Las paredes de la sala en la que trabajamos deben ser de un color neutro, ya sea gris o blanco. Estos colores minimizan la influencia de los reflejos de la luz en el monitor, lo que permite una reproducción más precisa del color.
Colores de pared intensos
Por ejemplo, en una habitación con paredes rojas brillantes, los colores en el monitor pueden parecer más cálidos de lo que son en realidad. Un fotógrafo que vea este efecto puede añadir innecesariamente más azul, haciendo que las fotos parezcan antinaturalmente frías tras el revelado.
Colocación de ventanas y luz natural
Condiciones de iluminación variables
Editar imágenes por la mañana con luz natural puede conducir a resultados diferentes que trabajando por la tarde con iluminación artificial. Un fotógrafo que no sea consciente de estos cambios puede acabar obteniendo fotos de calidad y consistencia cromática variables. Conviene tenerlo en cuenta a la hora de dividir el trabajo en varias fases.
Control de la luz diurna
Para minimizar la influencia de la luz natural, es aconsejable utilizar persianas enrollables, cortinas o toldos. Esto permite controlar la cantidad y calidad de la luz que entra en la habitación, lo que ayuda a mantener unas condiciones de iluminación constantes.
Luz diurna que incide directamente sobre el monitor
Si el monitor se coloca frente a una ventana, la luz del sol que incide directamente sobre la pantalla puede provocar reflejos y deslumbramientos. El fotógrafo puede pasar por alto detalles sutiles o errores de color, lo que da lugar a una edición imprecisa.
Iluminación
Tipo de luz
El tipo de iluminación artificial también influye en la percepción del color. La mejor elección es una iluminación con una temperatura de color cercana a la luz diurna (alrededor de 5000K-6500K). Esta luz es neutra y minimiza las distorsiones cromáticas.
Temperatura de color de la luz inadecuada
Trabajar en una habitación iluminada por bombillas con una temperatura de color cálida (por ejemplo, 2700K) puede hacer que los colores del monitor parezcan más cálidos. Un fotógrafo podría compensar esta situación añadiendo tonos más fríos, lo que daría como resultado imágenes antinaturalmente frías.
Iluminación mixta
Mezclar distintas fuentes de luz (por ejemplo, luz diurna y luz artificial) puede dar lugar a una iluminación incoherente, que afecta a la percepción del color. Lo mejor es utilizar una sola fuente de luz cuando trabajes con fotos.
Para que la percepción del color no sea engañosa...
Un entorno y unas condiciones de trabajo inadecuados pueden influir considerablemente en la percepción del color y en la calidad del tratamiento de las imágenes. Los colores intensos de las paredes, la iluminación insuficiente, la luz solar directa sobre el monitor y las condiciones de luz cambiantes son sólo algunos ejemplos de factores que pueden provocar errores e imprecisiones en la corrección del color. Por eso es importante crear un entorno de trabajo controlado, estable y neutro que permita obtener resultados profesionales y coherentes.